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Reacciones a la normativa de reducción de bolsas

Tras casi un año desde que entró en vigor el RD de reducción del bolsas de plástico que tanto dio que hablar en este blog y en muchos otros sitios, toca hacer balance de lo que ha supuesto.

Ya que aún no he encontrado datos oficiales sobre la efectividad de esta medida voy a contar cuál ha sido mi experiencia a través de lo que he visto cuando he ido a tienda y he escuchado lo que se decía sobre el cobro de bolsa.

Indignación

Tras los días previos sobre la confusión sobre qué bolsas se cobrarían y sobre cuáles no, creo que llegó un periodo en el que me encontré a más gente indignada con el cobro de bolsas, ¡como si evitar tener que pagar por ellas fuese más complicado que llevar tu propia bolsa!

En esa etapa encontré varias frases que se repetían:

  • ¿Qué pasa, que si las cobran ya no contaminan?
  • Es que al final es sacar dinero por todo.
  • Si las cobran que no pongan publicidad.

La verdad es que no puedo decir que comprenda ninguna de ellas.

Para empezar, diré que las bolsas solo las cobran si las compras. Es decir, que ahora la mayoría de ellas han pasado a ser un producto más. Igual que si tienes tomates no tienes por qué comprarlos solo porque estén en expositor, si tienes bolsas no tienes por qué comprarlas.

Las bolsas, evidentemente, no dejan de contaminar si pagas por ellas, pero al cobrarlas hay personas que evitan su compra. Bien porque si la compra es poca, la llevan en las manos o bien porque han decidido llevar su bolsa de casa y ahorrar ese precio. Y ahí, en dejar de consumir, es donde se evita la contaminación.

En cuando a la publicidad, es parecido. No quieres que tu bolsa lleve publicidad, pues entonces tendrás que llevar una desde casa para evitarlo. Al igual que cualquier otro producto, las bolsas tienen una marca, en estos casos las marcas las ponen los supermercados. Muchas marcas de ropa ponen su logotipo en la ropa y la gente lo luce con orgullo, los supermercados eligen que tú hagas publicidad de su negocio. Con la diferencia de que eso indigna a muchas personas. Pero te recuerdo que esto es tu elección. Además, si quieres ser rebelde, puedes ir a un supermercado con la bolsa de otro supermercado. Nadie te impedirá el paso.

Confusión

La confusión que más he escuchado ha sido la generada por las bolsas de plástico que no se cobraban. Para recordar diré que las bolsas plásticas con espesor mayor a 50 micras y con un porcentaje de plástico reciclado superior al 70%. Si aún tienes dudas te recomiendo el post:

Todo lo que necesitas saber la normativa de reducción de bolsas de plástico

En varios sitios escuché que ciertas tiendas, la mayoría de ropa, estaban incumpliendo la normativa porque seguían dando bolsas de plástico de manera gratuita. Esto no solo crea confusión, sino que también desalienta a los consumidores a reducir el uso de bolsas plásticas.

– Si las propias tiendas no lo cumplen y no pasa nada, ¿por qué tengo yo que hacer el esfuerzo de cargar con las bolsas cuando voy a comprar?

Picaresca

También es cierto que me he encontrado con establecimientos en los que admitían que no cumplían la legislación. En realidad solo ha sido en dos ocasiones:

  • En una farmacia me ofrecieron la bolsa gratis. La justificación fue que nadie tenía por qué saber qué medicamentos estaba yo tomando. Rechacé la bolsa porque podía guardarlo en el bolso.
  • En otra ocasión vi como se daba una bolsa de las que usan para comprar a granel para llevar una lata de refresco. Cuando pregunté la razón por la que ponía esa bolsa me dijeron que era un caso excepcional. Era una persona mayor y no quería cobrarle una bolsa, así que le daba una de las destinadas a granel (que recuerdo que aún son gratis). 😒

La verdad es que tan solo han sido dos casos, pero en ninguno de los dos supe qué decir.

Creo que después de un año, muchas personas se encuentran en fase de adaptación a la normativa, aunque aún no se ven demasiadas bolsas reutilizables en los supermercados.

isa: Ingeniera técnica agrícola y licenciada en ciencias ambientales por la Universidad de Salamanca. En busca de una vida más sostenible.
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