Todas las personas que hemos usado el ordenador portátil apoyándolo sobre nuestras piernas podemos hacernos una idea de la cantidad de calor que desprende, pues bien, intenta imaginar el calor que se desprende en los centros de procesamiento de datos, donde se acumulan muchos ordenadores.
En cada uno de estos centros es necesaria la presencia de sistemas de refrigeración, lo que conlleva elevados gastos en electricidad, de hecho, casi el 50% de la energía utilizada en un centro de datos es usada para la refrigeración, esto, además de suponer un gasto económico para las empresa, representa un gasto ambiental.
Para seguir el paso de las soluciones ecológicas, nace también la informática verde, que pretende solucionar, entre otros, este problema. En este caso ya se está utilizando el calor residual para la aclimatación de viviendas en Helsinki. La idea consiste en la canalización del calor mediante tuberías de agua que transporten el calor hasta los hogares.
Otra variante, que busca la misma solución, es la deslocalización de los centros de datos en casas particulares. Esto consiste en que en cada vivienda se instala un servidor, la energía eléctrica necesaria para su funcionamiento es aportada por la empresa, y los inquilinos se benefician además del calor residual, con el consiguiente ahorro en calefacción y electricidad.
Quizá la próxima vez que trabajes con el ordenador en tus piernas te acuerdes de que ese calor sirvió de inspiración de grandes y buenas ideas.